Grito mudo
Al digno pero conformista Movimiento
15-M
Si abrí los labios
para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me quedala PALABRA.
me queda
Blas de Otero
(No el silencio)
Ellos no os escuchan porque gritáis
en silencio.
Procesionáis como cofrades tímidos
las calles con pancartas
ingeniosas,
con un itinerario conocido,
os pasáis el megáfono cuando
enronquecéis
y llegado el momento,
una vez que os aburrís os vais de
tapas.
Pataleáis para que otros os saquen
del lío
en el que como españoles nos
hemos metido.
Sois una sociedad que gime y escupe
mientras es violada,
que se desgarra en protestas
pero se abandona en manos de su
agresor
sabiendo que no va a cesar porque
le gusta hacerlo,
porque vuestro hundimiento es su
beneficio.
Habéis consentido que os violen y
os cobren por violaros.
Aceptasteis la hipnosis de la
democracia
que consistía en meter un
papelito
en una urna cada cuatro años y ya
estaba
(qué forma tan descansada de ser
un ciudadano).
En los libros de Anaya y Santillana,
en los pupitres rayados del
colegio os enseñaron
que todo era respetable en este
nuevo mundo,
que había que dialogar y resolver
las diferencias pacíficamente,
que la globalización era la
panacea
(expolio sin resistencia: el
sueño dorado del capitalismo)
Crecisteis en la docilidad del
estómago lleno,
os acostumbrasteis a que otros
(que creíais más preparados sin
estarlo)
decidiesen por vosotros lo que erais,
no ya usuarios, sino clientes;
no ya trabajadores, sino mano de
obra;
no ya manifestantes, sino
terroristas.
Os adiestraron para callar
vuestros errores,
para ser fichas de dominó civiles
y entregadas,
los sims de un juego oscuro de
inversores,
la base de una pirámide que cada
vez más tiembla.
Os convencieron para firmar,
para hipotecaros en el más bankia
sentido
de la palabra (la PALABRA ),
os dejasteis arrastrar y os arrastrasteis
a ir cantando a los leones muy
cristianamente,
a vivir fácil a cambio
de vuestra vida difícil pero
digna.
Os han inoculado la tolerancia
como un bálsamo ciego contra la [injusticia.
Y ahora debéis respetar a quienes
no respetan
vuestros más básicos derechos
(igualdad, educación,
asistencia sanitaria,
disidencia);
debéis dialogar pacíficamente
con quien no va a dialogar porque
ni tan siquiera escucha
ni le importa lo que tengáis que
decir
ni lo que pueda pasaros si nadie
lo dice;
debéis tolerar la indiscreta
ruina
en la que habéis consentido
convertiros.
Cuidado con lo que decís de los
burgueses,
porque recién acabáis de romper
el carnet
y aún no lo habéis tirado.
Vosotros también habéis pedido
vino que sabe a arándanos
con un regusto amargo mielináceo
envejecido en barrica de caoba
al dulce aroma del fraude fiscal.
Vosotros también habéis clamado
al cielo
si descendían a vuestro equipo de
fútbol por deber al fisco,
le habéis dicho al mecánico que
no queréis factura,
habéis ido a poner ladrillos en
vuestros Mercedes,
habéis llamado tontos a los que aún
tenían
el iriartesco hobby
tan pasado de moda de estudiar.
Vosotros también habéis sido los
cabrones
que viven mejor y no quieren dar
nada.
Pisasteis sobre un suelo que es
de todos
y sólo visteis infinito donde
edificar viviendas
donde cavar tumbas.
Es preferible asesinar a un niño
en su cuna
que alimentar una burbuja que no
va a llegar al crecimiento
y sí a la deuda,
pocas cosas peores hay que desposeer al futuro
de lo que aún no tiene.
El estado del bienestar os ha
contaminado
con el más poderoso de los
malestares:
la presumida indiferencia.
La indiferencia es miedo
a poner el pie en el borde de la
raya
que va estrechando nuestra
libertad
como una cerca hace al ganado
inquieto.
Nunca llaméis revolución al
miedo.
Es el más conformista de los
sentimientos,
porque es el que encuentra alivio
en la quietud.
El miedo es esa pasarela
temblorosa que hay que cruzar para llegar a ti.
Aunque esta vez ni la Justicia esté de vuestro
lado
(hace tiempo que España se toma
la justicia por su larga mano),
aunque sepáis que los que no son
mejores que vosotros
volarán más alto y con alas más
ligeras
ya que otros les ahorraron el
esfuerzo de pensar;
aunque la Policía olvide que su sustento
son los ciudadanos y no
los corruptos que los azuzan como
a esbirros viles
con derecho a darle otro nombre a
la violencia;
aunque la mentira sea ya una
resignada tradición
hasta el punto de ser casi
verdad, porque la verdad es costumbre.
Lo más grave:
hemos transformado la mentira en
verdad a fuerza de creérnosla.
Aunque sólo podáis votar
y vayan al limbo un tercio de los
votos,
aunque tengáis que oír cosas como
“no va a servir de nada”
de boca de quienes nada hacen,
de quienes para nada sirven.
Lo que no sirve para nada es la
democracia
sin voluntad ciudadana.
Ni un paso más, hermano
que no pueda el ayer o sus
delirios
embalsarnos al cieno del presente.
Soy de los vuestros
y sé lo que pretendéis: marear la
perdiz,
agitar la piñata, rebañar el
tarro,
pintaros en un slogan
prerrevolucionario
con tinta invisible;
callaros con la ausencia que
anticipa al ruido
porque en la oscuridad la luz es
más visible
y en el silencio resuenan más los
gritos.
Vosotros ponéis el silencio
para que griten los que tengan huevos.
Miguel Pérez Martín.
SIÉNTETE ENGAÑADO,
SIÉNTETE MANIPULADO,
SIENTE CÓMO HEMOS PERDIDO
TODO POR LO QUE LUCHARON
3 comentarios:
Nadie dice nada porque nos has dejado a todos sin palabras.
El único pero que se puede poner -yo como persona dispersa particular- es que las fotos me cortan muy bruscamente la lectura.
Por lo demás, plas plas plas plas. Suscribo todo lo que dices.
Ladybesos selenitas.
Sí, lo de las fotos es verdad que es una cagada. Me vicié y quise meter de más, como me molan tanto xDD. Si quieres te lo paso sin fotos... se lee mucho mejor. Muas.
Somos la generación de la impotencia.
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