Epílogo del hambre, quién
te acoge,
qué dolor te anida en
cada entraña;
el resplandor quemado de
la hazaña
sin un libro volcado que
la arroje.
No llorarás lágrima que
moje,
te enredarás maldito en
tu cizaña,
como una piedra al pie de
la montaña
antes de que el invierno
desaloje.
Tú mismo eres, tú, tu
despedida;
tu tímida amenaza desoída,
prostitución salvaje del
silencio.
No hay cúpula del ser que
en ti se yerga,
tu sombra es un terror
que te posterga,
ceniza en que ya no te
diferencio.
[H&C]
No dejo de pensar que aquí...
http://www.youtube.com/watch?v=8c0ehSZP9Ws
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