Dulzura tibia que brota
refulge tras los cristales
que blindan los ventanales
de tu residencia ignota.
Tu melena el mar azota,
las nubes arremolina,
mortal se clava una espina
cuando posas tu mirada,
la tez de la madrugada
se recorta en una esquina…
sonríes como si nada,
en tus ojos me sentencio
y un ponzoñoso silencio
sobre tu nuca rosada
ternura espolvoreada
voy dejando que derrame
mientras la noche relame
sorbos de tu dulce pulpa,
que tú no tienes la culpa
de que un imbécil te ame.
[H&C]
Dos décimas… de segundo en tu regazo…
Déjame... otra copia de la llave de tu puerta, que lo sé, que es muy posible... que mañana ya ni sienta...
Hoy me ha dao por ser honesto... se me da de puta pena.
Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
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