viernes, 27 de junio de 2008

Y algunas veces suelo recostar... mi cabeza en el hombro de la luna


Los labios de Selene me cautivan,
sinuosos y tupidos por la noche,
danzantes serpentinas que me esquivan,
espectros desvaídos del derroche.
Los labios de Selene son su cara,
son su lástima ataviada de reproche,
su luto salpicado de luz clara,
su minuto en el destierro de la vida.
Los labios de Selene son la vara
que azota mi memoria enfebrecida.
Selene que se llama como todas,
que araña la neblina que la cuida
que le dedica al miedo dulces odas.
Selene se alimenta del ensueño,
Selene es la otra novia de las bodas,
no tiene más que el pálpito por dueño.
Barniza las almohadas con su aliento,
consuela y moja su tacto halagüeño
y no vende su dermis más que al viento.
Efímera como una pesadilla,
tormenta impetuosa sin asiento,
frugal como un besito en la mejilla,
sutil invocación de abracadabra...
en el fondo de mis ojos algo brilla
cuando su paso el pecho ardiente labra
y nunca sabe el tiempo si va o viene
y se funde el suspiro y la palabra
se repliega en los labios de Selene.








yo soy aquel que ayer no más firmaba............... [H&C]
sí, hombre!
uno que decía...

no quiero más que estar sobre tu cuerpo... como lagarto al sol...
los estivales días de tristeza...