jueves, 2 de mayo de 2013


Dando vueltas en la cama
ya escucho otra vez los
truenos.

Fugaces gotas de agua
suavemente esparcidas.

Intento forzar el frío
porque comienzo
a frustrarme.

Cielo,
¿por qué tú
puedes tronar
y yo no puedo?

Conocí a unas cuantas:
mi abuelo,
un amigo,
un perro,
algún poeta,
algún maestro.

No hay manera.
No llega.

Intento forzar el frío
porque necesito sentir
que siento.

Reboso nubes
pero

de incertidumbre.

Quizá mamá
tenga razón y
haya nacido
vacío
por dentro
pero con un
agudo talento
para la lluvia.


(S)