sábado, 23 de abril de 2011

Dicta sentencia un sol de justicia...





La primavera se ha deshecho en los tejados
con su habitual estampa de jardines.

Ha vuelto a darme vueltas
por parques sutilmente inhabitados
donde palpar a tientas las esquirlas
de ese corazón
que casi todos nos reconocemos.

Ya está aquí
la tan cacareada primavera
con su publicidad encubierta en tu mirada,
sus nuevos sabores de helado
y las minifaldas
que anuncian tiempos mejores.

Ya están ensayando los termómetros
y endulzando su resaca los amantes
con el tibio erotismo de las fresas.




Es curioso como los días se hacen largos
y dejan a la noche sus puertas entreabiertas
para apretar su nudo en las pestañas
y dar la vuelta a todos
los cuadros del pasillo
dejando sólo espacio
que recorrer con ganas de ocuparlo.

Es tiempo de miradas inconcretas
y esta nostalgia endeble
de ver pasar los años
con flores que se abren y luego se marchitan
y luego se abren otras
que ya no son las mismas
pero que de alguna manera
recubren el mismo suelo inmóvil
y dicen ser la nueva primavera.

Es hora de volver a casa
para pasear lo más lejos de ella,
pedir a tu ciudad que te sorprenda
con un nuevo tesoro
o que descubra su rostro
difuso entre las calles.

Amanecer con luz ante el espejo,
un arma de doble filo
para un herido orgullo.




Recordar los pulsos agotados
de un amor
 que empezó por estas fechas
o no dejó más tiempo que un par de eternidades
o se rompió al caer desde un balcón
que no estaba tan bajo.

Y reír con todos los que sobreviven
a dejar de existir la primavera.

Y vuelven las terrazas de los bares
y tientan a la suerte
los estudiantes perezosos
y las hormonas mienten con cartas asesinas
debajo de la alfombra
y al salir a pasear nos llevan nuestros pies
como un polen nostálgico
batido por la brisa
tan propia del solsticio.

Siempre es ahora cuando llega el hambre
de playas y de fotos
y aprovechan los álbumes
del nicho del trastero
para sacarle punta a la melancolía
y tirar las virutas en mi patio
cuando amanece abril en sus macetas.

Vuelve la primavera a abrir sus mismas flores
que morirán creciendo en las pantallas
contra los ojos de la marabunta.




Esas amapolas hambrientas de poesía
que siempre apañan versos
en torno de sí mismas
fingiendo no querer ser tan hermosas
y que no suenen sus pétalos presentes
a recurso fácil contra la certeza.

Dormir ocasos lentos,
proyectos de añoranza
donde los meses hagan su trabajo.





Y aunque no es la primavera
la estación que nos separa
no puedo evitar culparla
por su zalamería,
por su coqueta forma de perderse,
por dar pie siempre a tantas decepciones.

Suerte que yo me tumbo entre la hierba
y dejo que me pasen las nubes por encima
y no me dejo nunca
engañar por las esporas
ni pierdo entre perfumes el olfato
porque sé que volverá el invierno
a carcomer con dudas las agendas
y a ponerle condiciones a los besos
y a examinar los corazones por sorpresa
con la amargura de su abrigo negro.

Y lo sé porque no olvido
tus uñas en mi ropa,
ni la  amistad rellena de temblores
que aguanta las pavesas
hirvientes de los años.
No me doy ni cuenta
si yo también me cambio
por un primaveral y un invernal
lo mismo que las tiendas y las flores
y no soy el de antes como ahora
y soy el de después antes de tiempo.

Y migran las cigüeñas de la iglesia,
regresando siempre que se mueven
por este cielo angosto.








Mientras
nosotros convocamos caras largas
y vidas aún más cortas
a elaborar un poco de alegría
con migas de minutos.

La primavera ha vuelto a recordarnos
que la belleza dura más bien poco
y sabe aprovecharnos en silencio.





Por eso quiero que se vaya y luego vuelva
como una amante torpe
a hacernos dudar de la hermosura
para redescubrirla en un nuevo verano.
Y verla titubear al abrazarte,
con ese gesto efímero de nubes de secano,
echar de menos todo
sin ganas de olvidarlo.

Vuelve la primavera
y los poemas se me alargan
más de lo necesario y conveniente.




Con estas ganas
de enterrar abril bajo la alfombra
con las cartas asesinas
y ser un niño bueno con ciertas excepciones
para volver en verano al campamento
y bajar a jugar
como si de verdad nada importase
cuando pique junio
el timbre del 2ºA,
para no tener que descubrir  en mayo
este temor de no saber quién somos.

Por eso la primavera muere en mis pecados
y nace en cada rayo
de luz que yo no veo,
por eso ya no quiero volver tan pronto a casa.





Si yo fuera el Vivaldi de tus años…

haría
con
tus
besos
mi
propia
primavera.

[H&C]


http://www.poesia-inter.net/amach102.htm

Y te querré aunque tú quieras que no te quiera.
 No existen filtros para olvidar.




Dejadme que invente
que un tren es la libertad mía
que va donde quiero,
sin más traqueteo,
sin más tontería.
Tal vez no reviente
de ganas de andar por la vida
con penas a miles,
borrando raíles,
borrando los días.


























Para mí los mejores versos de Marea sin duda. Y no es decir poco.
http://www.youtube.com/watch?v=TV13RlAtrHo

domingo, 10 de abril de 2011

En el empeño de resumir.. se me olvida matizar...



No juegues... musa... o te quemarás con el hueco entre mis brazos...

Exprimiremos toda la pureza... todas las ganas de vivir... apretando fuertemente nuestros pechos... así se harán una nuestras respiraciones... y se fundirán nuestros latidos..

Acorralaré a las suaves golondrinas de tus caderas... y las encerraré en la jaula de las mías... para que se nutran del aire que no suspiremos...

Notaremos la efervescencia del colchón... tú en tus alas... y yo en tu pelo... en tus codos... en la ola de tu espalda... que me surcará incansable... determinada... erosionando con fervor la línea que separa mis horizontes..

Nos haremos verdaderos cómplices... y se nos reflejarán en las gotas de sudor... la luz de la luna y el olor a primavera..

No necesitaremos hablar siquiera para abarcar la totalidad de nuestros seres... la parcela de universo que ocupan nuestros cuerpos... en un último beso y luego..

Ocurrirá algo...
Ocurrirá algo eléctrico...

Saborearemos el rayo y se sucederán unos tras otros los ocasos... las paredes nos mirarán con rostros claros y oscuros... probablemente pensando en como amamos los mortales... (los que no somos de cemento) el dulce crepitar de las sábanas en lo efímero de nuestro tiempo..

(S)

Después de pasar.. la noche en tu agujero... salgo del portal y todo me importa un huevo..

jueves, 7 de abril de 2011

Déjame que pose para ti... eres tú mi artista preferida...




Dime dónde han nacido tus anchas esperanzas.



Cómo haces para erguirte sin temblar a cada paso,
en qué tinieblas buscas tus silencios,
con qué perfume enciendes tus palabras.



Te veo sonreír y nacen en tu boca
suspiros de fogueo que no alcanzan el alma,
tus ojos miran siempre con ternura
las horas de cartón
pasar por la ventana.


Llevas en el corazón
una mochila cerrada
con todos mis recuerdos
clavados en la espalda
para un viaje que anuncia sus inviernos
tan pronto como nacen
del suelo tus pisadas.


¡Dime cómo logras cargar contra el espejo,
cómo vuelves silbando cada noche a casa!



Dime con qué pan te tomas tú las penas
y con qué vino amaneces con tan poca resaca.

[H&C]


La historia se repite y aún así...




domingo, 3 de abril de 2011

Por sus tuberías... corren poesías de lo que más quiero



No seré el único.. que eche de menos los cines Barrueco...

Murieron hace unas semanas... y con ellos tantos besos...
Nadie volverá a salvar el mundo... en la Avenida de Portugal...
No tendremos más... la oportunidad de taparnos la cara por el miedo... ni de fantasear con monstruos y coches de carreras...

Se ha perdido todo el olor a palomitas recién hechas.. y el cosquilleo en la garganta que da el arte...

Olvidaos de la rubia de la Coca-cola... y del misticismo en los baños de señoras...

Ahora hay escombros... y paredes rojas (que recuerdos)... también hay dos perros... que cuidan de que los retazos de risas no se vayan por los agujeros de las ventanas...
Hay algún graffiti.. en forma de adiós y lágrimas... y algún andamio... por lo demás la soledad de la explanada.

Tiene su merito haber sobrevivido tanto tiempo... (todavía sonaban bombas por Europa cuando nacieron...) y siempre con la cabeza tan alta... y la fachada tan reluciente... que ahora dará paso a viviendas para los más ricos..

Os arrepentiréis de comprar... una casa en ese lugar... habiendo vivido tantos finales tétricos... habiendo absorbido tanta maldad en sus paredes (las sonrisas se evaporarán.. cuando se vayan los perros)

Mucho hormigón será necesario.... para asustar a todos los duendes de la poesía... que llenan de recuerdos el lugar y le limpian el polvo cada vez que alguien estornuda en su interior...

Sólo me duele no haber pasado más tiempo allí... con lo que me gustaba resguardarme del mundo.. imaginar como sería mi vida en otras ciudades.. entre sus muros... en otras realidades...

No... seguramente no seré el único en echar de menos los cines Barrueco..

(S)

Ni seré el único que le ha dejado a deber unos cuantos céntimos a la señora hahahaha

Los segundos son como peces... que siempre nadan lentamente por el agua... hasta que un día huyen a toda velocidad cuando intentas atraparlos..