martes, 19 de noviembre de 2013

Tú yo muchacha estamos hechos de nubes.




No me dieron más armas que unos ojos
ni otro lugar del mundo que estas calles
inmundas de cegados corazones
que destripan la vida a ras de rabia
mientras les sobreviven como riegan plantas.

No hay peor juez que aquel que teme al libre,
no hay peor rehén que el libre que es juzgado
por dar su nombre a cara descubierta
en lucha por la vida que nos drenan
los que tienden la suya en nuestros patios.

Una peste carcome nuestra patria,
un canceroso réquiem de cadenas
se avecina oprimiendo las laringes.

Depredáis la libertad que os justifica
con golpes animales que dan brazos
que no han de responder en vuestro nombre.
Vedáis la corrupción con torres altas,
tendéis cepos legales al progreso,
encenagáis la voz de los que sufren
con ruido de sirenas y disparos.

Cuando se oculta al mundo la barbarie
germina el despotismo en la injusticia.

¡Qué triste es blindarte de tu pueblo!
¡Rehuir el rostro al fuego de tu causa!
Culpar de la opresión al oprimido,
despedazar el dedo que te apunta
para poder seguir despedazando.

Todos, corruptos vanos y excelentes,
adalides del orden que yo ordeno,
tiranos incapaces y cuatreros
que prenden fuego al borde de su casa;
Todos, palmeros grises recogidos,
monaguillos silentes e infelices
que se renuncian como atriles rotos
para la ideología del bocado,
implacables prudentes que enmudecen,
santifican los nombres de ladrones
que no hundan más la mano en su bolsillo.
Todos, jueces serviles, periodistas,
burocracia de lodo y pestilencia,
autómatas caníbales que dejan
morir la libertad de otro en sus brazos

los que arrancan la piel que se levanta,
los que dejan sin ojos al que ve su rostro,
los que matan al hombre que no se somete.

Qué cobardes sois todos y qué débiles,
que no hay en vuestro pecho otra defensa
más que el oscuro amparo de la duda,
que vuestras manos hieden a violencia
exenta de peraltes ni coartadas.

Sepa el mundo que estamos en la cárcel,
península sangrienta de indolentes
que ven humo en sus manos y no apagan
por miedo a no saber qué hacer con ellas.

Sepa el hombre que España no ama al hombre,
que es hostil a la vida y al deseo,
que no halla más que ruina en su letargo.

Y sepa que se acusa en su silencio.

A una persona honrada no le importa

que sus manos sean vistas sobre el pan que gana.

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¿Para cuándo el anteproyecto de ley para poder tirar la puerta de mi casa y dejarme parapléjico por escribir esto?

lunes, 29 de julio de 2013

Seguirás igual de sucio aunque te laves.



No importa la hora
sólo que está oscuro.

Nacho está tocando
la guitarra.

Yo miro
por la ventana abierta
del verano.

Disfruto de los sonidos
y sus secuaces.

Una familia de gitanos
es feliz con nada.

Suena absurdo
pero no importa.
Suena algo de Nirvana.

Los niños se persiguen,
juegan,
aprenden familia.

Se esconden de la vida
y sus tacones.

Se vuelven feroces y distantes.

Pienso
ya que es mi forma
de diseccionar el tiempo.

Los coches
dan absurdas vueltas,
les pitan intransigentes.

En el fondo
nunca han tenido chances.

Miro hacia otro lado.

Casi siempre
me levanto con ojeras.

Con las gafas
todavía puestas
y un libro al lado
con las páginas dobladas.

Refunfuñando
porque hoy
tampoco

se ha acabado el mundo.

(S)

jueves, 27 de junio de 2013

Para cantar palabras que no sean de papel...



Los labios de Selene me cautivan
semiabiertos al centro de la noche,
serpientes tortuosas que me esquivan,
amantes de la fábula sin broche.
Los labios de Selene son su cara,
son sus piedad envuelta de reproche,
su luto salpicado de luz clara,
minuto en el destierro de la vida.
Los labios de Selene son la vara
que azota la memoria del suicida.
Selene que se llama como todas,
que araña la neblina que la cuida
enarbolando el no de los rapsodas.
Selene se amamanta del ensueño,
Selene es la otra novia de las bodas,
no tiene más que el pálpito por dueño.
Barniza las almohadas con su aliento,
moja el consuelo dulce en el empeño
y no esconde más hilo que el momento.
Efímera como una pesadilla,
tormenta impetuosa sin asiento,
frugal como un besito en la mejilla,
tardía invocación de abracadabra...
Al fondo de mis ojos algo brilla
cuando su paso el pecho ardiente labra
y nunca dice al tiempo si va o viene
y se funde el suspiro y la palabra
se repliega en los labios de Selene.

5 años: http://loslabiosdeselene.blogspot.com.es/2008/06/y-algunas-veces-suelo-recostar-mi.html


http://www.youtube.com/watch?v=Olg2s8OQl1U

Recordar quiénes fuimos y quién queremos ser.

jueves, 2 de mayo de 2013


Dando vueltas en la cama
ya escucho otra vez los
truenos.

Fugaces gotas de agua
suavemente esparcidas.

Intento forzar el frío
porque comienzo
a frustrarme.

Cielo,
¿por qué tú
puedes tronar
y yo no puedo?

Conocí a unas cuantas:
mi abuelo,
un amigo,
un perro,
algún poeta,
algún maestro.

No hay manera.
No llega.

Intento forzar el frío
porque necesito sentir
que siento.

Reboso nubes
pero

de incertidumbre.

Quizá mamá
tenga razón y
haya nacido
vacío
por dentro
pero con un
agudo talento
para la lluvia.


(S)


sábado, 13 de abril de 2013

Y yo que me creía Steve McQueen.




DESCONSOLADOR
0.
0. Un robot no puede causar daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad sufra daño.

Ley Cero de la Robótica, Isaac Asimov.


Ese artilugio que disimulas en las sábanas,
ese placer que ocultas como un templo
entre las piernas,
ese hacha que entierras como un rayo
donde no llega la luz de las miradas
y donde yo ya no pinto nada

me ha golpeado en el meñique
cuando lo has dejado caer en tu rubor
maldiciendo lo descuidada que eres
pero me ha hecho más daño en el corazón.

No debí subir a tu casa,
no estaba preparado
pero siempre te ha costado
muy poco convencerme de que te siga,
he sido automático.

Pero no tanto.

Ese dispositivo de amor que me reemplaza
(en el mejor de los casos me reemplaza)
cumple con un silencio más versátil.

Casi lo oigo vibrar en tus adentros,
como nuestro amor nunca lo hizo de sonoro
y te oigo gemir sólo para ti misma
con un eco perverso ensimismado
y cambiarlo a tu voluntad de ritmo,
de encuadre,  de estatura
y acompañar la fiesta con tus manos
lejos de aquel patrón de maniobras
en que te erigías cuando estaba sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza
que ya quedan atrás o tan adentro.

Si por lo menos fuese otro hombre,
sabría que viene con errores de fábrica,
como todos,
pero esto es improbable que lo haga,
es invulnerable,
indestructible,
diseñado sólo para hacer frente
a una parte muy específica de mí
contra la que nada vale mi ser enteramente.

Pensé que sería ese cachas del gimnasio,
ese compañero de inglés tan gracioso y tan ahostiable
que tenías
que decía que cómo te lo hacías con “eso”
¡con “eso”!
Yo siempre pensé que se refería a mí.

Pero no,
por una pieza de ingeniería “made in China”
por si me podías echar menos de menos,
por si podía haber una transición
más inerte y vulgar hacia el olvido,
yo no quería más de lo que le das a él

Me conformaba con eso,
con saber que no tengo otra cosa que hacer,
con ser un bálsamo,
un resorte repentino que introduces
donde te falta algo.

Yo he llegado a todos tus rincones
con partes simultáneas de mi cuerpo
y vas a decir que no era para tanto
y a tus amigas que “es que tenía otras cosas”
y además estabas muy confusa
y esas otras cosas que tengo y yo
nos iremos
a tirar piedras a algo que no sufra

pero tú te quedarás con el deseo
aplacado
de que es mejor acompañarse a uno mismo
que llorar por compañías pasajeras
que escapan del arco que una mano
puede formar a su alrededor.

Y se irá mi abrazo al despertar
como algo prescindible
y eso que siempre decías de que vaya más despacio,
de que parece que me están dando calambres,
de que no se trata de sacar petróleo ni hacer sangre
que parece que he aprendido con un saco de patatas,
que a dónde voy
que por aquí no es
que no sabes qué coño quiero.

Pues está muy claro qué coño quiero,
pero ya da igual,
me iré

te daré un abrazo

porque YO TENGO MANOS

por eso no me hace falta un cachivache

y me iré.

Cuando has dicho “perdona el desorden”
he pensado que está todo demasiado ordenado,
que el desorden era lo que me gustaba.
Te he dicho que quizá deba marcharme,
que tu habitación es algo muy privado
como si tu vagina no lo fuera lo bastante.

Me iré con la esperanza vieja
de que quizá entre todo esto
hubiese un hueco para discutir abrazados
lo mal que lo estamos haciendo
¿Por que qué coño es estar unidos
si no hacer caer en el error por gusto?

que al fin y al cabo, amor,
somos objetos
como todo lo que te metes por tu

soledad.


jueves, 28 de marzo de 2013

Escribo cuando el corazón se atranca.



I

Se acerca el buen tiempo.
Los verdes y rojos
comienzan a ser deseables.
¿Qué es una fotografía
sin su historia?
¿Qué es un cuerpo
sin otro cuerpo?

II

Aventuras.
Ese es mi deseo.
Quiero ver al miedo
explotar y abrir sus fauces.
Quiero fotografiar ese momento.

III

La peor luz de todas
es la de los soldados
que mueren codo con codo,
sombra con sombra,
casi callados.

IV

Rumor de balas.
Flashes y fuego.
Nada luego.
Nada.

V

Quedó partido
el humo negro
en un corte
interminable.
Allí,
en el cielo de nadie
estábamos nosotros
mirando las ruinas
iluminadas por el sol
del atardecer,
ausentes,
sin horizonte
al que culpar
de nuestro ensimismamiento.
Tratábamos de no oler la sangre
apelmazada en las trincheras.
Nadie hizo ademán
de coger la cámara.


VI

Volvamos a casa
y que mañana nos
llamen cobardes
si se atreven.
Criticarán las fotos
borrosas,
las de la cámara
temblorosa,
las de los sobresaltos
en la inquietud de la
noche.

VII

Se rompieron
en el tiempo
las promesas.
Algunas cartas
ardieron.
Hubo fotos
que no llegaron
a tomarse.
Nadie
saboreará
esos adioses
ni esos te quieros.
Excepto yo.
En las intrincadas
fauces del miedo
se escribieron
esas líneas,
esos versos.
Míos ahora.
Mi secreto
inconfesable.
Puro arte
alrededor de un
pequeño pensamiento:
“Quizá mañana
de mi,
sólo quede esto.”

(S)


martes, 12 de marzo de 2013

Nunca llueve eternamente...


EN LO CONSTANTE

Todo decae afuera
como lluvia podrida que ciega
descargara contra la  amputación de las estatuas

T.S.S.

La ciudad encapuchada sigue andando

las pisadas salpican,

a mi alrededor no hay gente que no corra.

Amanece un denso gris en los cristales,
las macetas tiemblan en sus riscos
y pasear es más incómodo
y más agradecido

por el filo de las acacias ruedan nubes
y yo tengo las manos en los bolsos
donde no pueda llegar el frío.

Por la mañana han tosido los carteros,
sobre rayas resbaladizas
derrapa la paciencia

la sangre se estenosa entre mis dedos
no puedo tocar a nadie.

Hoy es un día de esos
en los que tiene justificación echar de menos,
porque los dedos tiemblan
y los abrazos no importunan,
se constipan las cabezas por un tiempo
y todo el mundo acaba
tan frágil y agotado
de escapar.

No distingo tu abrigo
en las paradas de autobús
ni en los semáforos,
goterones que ciegan mis pestañas
me van dejando solo.

Hoy quiero ver si el sol
sigue saliendo en tu terraza,
cuando chocan las copas de los árboles
y estos trozos de cielo claudicados
resbalan por los retrovisores de los coches

el pasado acecha en cada esquina
y el futuro pende en los aleros
y cae como una micra de ártico en el alma
que gelifica el pelo y las ideas
de que los pasos llevan algún sitio.

Los toldos improvisan barricadas
y el gris es una carpa
gigantesca,
recuerdo que tú estabas
con el flequillo mojado ante mis cejas
sonriendo
y quiero ser tu escudo
y llevarte a flotar sobre los bancos
y escuchar en la otra orilla de la calle
juntos
cómo crepitan los tejados.

Voy cada vez más despacio y ya
no veo
mis zapatillas suenan a ventosa
y las perneras sumen mis tobillos
en medio del raudal que hacen las prisas

los perros se sacuden en los felpudos
y los columpios se hacen peligrosos
y las madres cogen de la mano
y las chicas extienden sus bufandas

todo el mundo está alerta,
todo el mundo.

Y yo estoy quieto
porque nunca seremos impermeables
y el deseo es una balsa en uno mismo
y quisiera ya que naufragase
en un día como hoy,
lleno de proyectiles

En el que los amigos que se cruzan
no conversan
y se dan la vuelta los paraguas
y las capuchas no dejan ver bien
y nadie regresa a por nada.

Quiero llegar a casa

Llego a casa

Domesticar la tempestad con una ducha,
decirme que estos días suceden y se pasan,
sentarme en el sofá,
secarme el pelo.

Cierro las ventanas,
escurro los calcetines,
pongo la calefacción todo
lo que puedo.

Y esas malditas gotas,
y esa ciudad que afuera muere ahogada
y esa forma que tienes de secarte
sin que nadie te vea,
en el bidé;
van pasando de largo en las cornisas,
se arremolinan,
vuelven a estar juntas,
desembocan en una ciudad encapuchada,
en un río,
en el mar,
en otra parte,
corretean
como la sed asciende en la garganta,
como colonizan las lágrimas un pómulo

como las letras de un poema
sobre el que el agua ha caído
mucho tiempo.

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"Muy pocos tienen el valor de ir montados sobre su propia alma."


Es duro tener que hacerse a la idea... de que quizá estos sean... nuestros mejores días...

domingo, 20 de enero de 2013

...es el alma del que consiguió..




Sutil sinsentido.
Explosión súbita de azares.
Una impresión. Un instante.
Belleza efímera de lo vivo.


(S)

jueves, 10 de enero de 2013

Que la nada fue el fin de cada etapa...




JARRA DE CERVEZA CON DOS VASOS


[Yes, they’re sharing a drink they call “loneliness”…
but it’s better than drinking alone.]

Billy Joel


La puerta del bar siempre se abrió hacia adentro,
pero no soy capaz de recordarlo
nunca, cuando estas noches queman
en el tiempo como el pomo en
mis manos heladas.

Como tus manos heladas en mis manos calientes.


Dejamos nuestro abrigo
sobre abrigos de otro,
tal vez una percha,
miramos alrededor como asaltantes

nos preguntan y pido una jarra para dos

quizá debí saber si tú querías


medio paso,
te quitas la bufanda
rodeas mi muñeca con tu brazo
me comentas que tienes que ir al baño
con un tímido gesto y ya
no estás.





Todo tiene la forma adecuada
de romperse.

El silencio y los vasos que ruedan hasta el borde
se rellenan mutuamente
en la luz ambigua del bar.

Allí me siento.
Este rincón de bar es un rincón de mundo,
los corazones insolventes de un sábado
patrullan el mostrador de las bebidas
con la angustia de un militar
que espera un salvoconducto,
se esfuerzan por reírse de sí mismos,
aporrean la gramola de sus preocupaciones,
deshuesan una danza,
se parecen.

Hay un rígido amor en el ambiente.

Nuestro futuro
que el camarero me entrega
con una sonrisa profesional y cómplice.


Te serviré primero a ti
no cabe duda

mis manos temblarán en torno al asa
como una rendición se balancea en los deseos,
la volcaré ,
la humedad fresca se deslizará hasta el canto,
se trasvasará partida entre nosotros,
chisporroterá en el aire de los vasos
con una efervescencia momentánea,
murmurará vaciándose a sí misma
y en el sosiego de su rebaja
surgirá un licor
homólogo de ambos
del que los dos podamos
beber durante un tiempo.

Un médano de espuma quedará en tus labios.

Hay ruido de personas que no se han encontrado,
juego con posavasos de plástico doblados;
en la mesa hay muescas de uñas,
indescifrables nombres de payasos,
veo la silla enfrente,
a ras de vacío.

Son sólo los instantes que vive un pensamiento.

La puerta del baño se abre y te veo avanzar hacia mí.


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… los ojos que acertaron a cruzarse en la infinita soledad del tiempo…