viernes, 26 de octubre de 2012

Perdón por la tardanza..



Silba el viento.

¿Y a quién le importa
mientras no se lleve 
nuestro tiempo 
ni rompa
la jaula de cristal 
que nos ampara?

Somos arena muda.
Tierra troceada
durante siglos.
Hundida en la
ingravidez del polvo.

Estamos en guerra.

Los buitres nos acechan
somnolientos porque 
va a empezar la noche.

Mordemos la garganta
del monstruo traslúcido
que ni se inmuta.

Sus ojos invisibles
nos atrapan
mientras surge
de un oscuro rincón
la espiral del miedo.

Silba el viento.
La luna ya remienda el cielo.

Nos importa.
Aunque sigamos llorando a los nuestros.
Aunque temamos ser ellos antes de mañana.

Algunos se suicidan
de pena.
Se rasgan la camisa, 
se cansan de luchar,
se lanzan 
a las fauces de lo incierto.

Son arena de mi arena.
Tenían cuerpo antes
cuando eran futuro..
quizás ahora es tarde
y no podría reconocer
sus rostros en el desierto

Desfallezco.
Me resbalo por el desfiladero.
Trato de asirme al cristal liso.
Desesperado noto 
como se forma poco a poco
el abominable ojo del huracán
tragándose a todos los que me sostienen.

Cuando muero
el gallo canta
y resurge el día
con una mano salvadora
que le da la vuelta al mundo
convirtiéndome, 
ni por un segundo,
en absoluto presente.

(S)

A los que nunca se han ido pero decidieron no volver.