lunes, 31 de diciembre de 2012

Abuelos I

En sus viejos cuerpos ya gastados
moran las almas de los viejos.
Cuánta lástima inspiran 
y qué monótona la vida miserable que arrastran.
Mas cómo tiemblan ante la idea de perderla
y cómo idolatran a esas contradictorias y confusas
almas, que se sostienen -tragicómicas-
bajo su vieja y gastada piel.
K. Kavafis


Recorre las orillas del Duero
un denso sabor a invierno.
La intensa bruma de la mañana
empapa la tierra yerma.

El sol sangra sobre mil cadáveres
mientras se arrastran por Santa Clara.
Agotan sus latidos en el parque
dando de comer a las palomas.
Se sientan en la estación
a ver pasar los buses
e imaginarse recorriendo el mundo
como siempre quisieron.

¿Qué hacen?
Estorban al titubeante paso del progreso.
Imponen su moral antigua.
Ejercen su viejo voto.
Se quedan dormidos con
la teletienda de Intereconomía.

¿Qué son más que un lastre?
Amasijos de recuerdos e
historias mal inventadas.
Inmaculados incultos
rezando sus rosarios.
Ocultos en sus iglesias
por no tener cojones de
enfrentarse a sus pecados.

Suelen suplicar a sus hijos con los ojos
que les devuelvan sus cuidados
y no les aíslen de este mundo
que ya va tiempo
dejó de ser suyo.

(S)