Mozart se dio cuenta tarde
de que se había precipitado en ser un genio.
A Viena le sobraba tanto arpegio
(y la ansiedad de colorear el gris)
Por las noches, la Viena tan aristócrata y vencida
se dejaba caer en las almohadas
restañando las heridas multicolores de su lengua
quemando tus pestañas.
¡Y encendías el piano con tus solos triunfos!
¡Y los aplausos resquebrajaban tu soledad flotante!
Hoy no escucho aplausos que no suenen a hueco
ni hace amigos el clavicémbalo borrado del arte que no es arte,
del Mozart que no quiere ser Mozart.
Ahora Papageno
rasga la vida con su fiel top manta
de partituras mozart,
las minúsculas serenatas buscan
en los cubos de basura vitaminas mozart
y las arias legendarias
hacen la calle con sus piernas mozart.
La belleza se ha obcecado
con morderse la cola hasta volverse espanto.
Los sueños envejecen muy deprisa
y no nos queda nada que hacer
contra nuestro propio talento.
Mozart se ha dejado el aliento en las rebajas,
donde la vida cambia
la oportunidad de oro
por la de molibdeno.
No hay tiempo de quedarse con la boca abierta.
Los tickets caducan,
todo se consume
como un batido de yogur
y otro se compra.
Las medallas sopesan criterios esponjosos
y arrojan veredictos
que dan como columnas el suelo del futuro.
Y pasan las academias,
los informes,
la familia, el odio,
los aplausos
como una locomotora hambrienta
herida de engranajes,
que no transporta a nadie,
que sólo
sólo
llega.
Los hábiles proyectan
círculos concéntricos de sangre
en torno a la infancia sesgada del dios Mozart.
Y muere un denso espacio dentro de esos círculos…
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Probablemente sea el primer poeta de la Historia
en escribir “disco germinativo trilaminar” en un poema.
Y no sólo eso, también soy el más joven que lo ha hecho.
Y también soy el mejor que lo ha conseguido.
Y el más guapo y noble.
Y el más listo.
Y el mejor jugador de póker.
¡Merezco un reconocimiento inmediato!
…
(¡Eh! Que también eres el que más ha tardado en hacerlo.
Y el más tonto.
Y el más traicionero
y el más feo.
¡Y el peor!)
…
Dadle una medalla a este también y que se calle, anda
[H&C], primer poeta de la Historia en escribir “disco germinativo trilaminar” en un poema.
Los niños volvían a sus casas con nieve en los zapatos...
El olor solitario de aquella habitación...
(S), hay que poner canciones de Melendi en las entradas... que luego la gente las busca en Google y es la única manera de que entren en el blog.
Nos las damos de intelectualotes con Silvio Rodríguez y Pablo Guerrero y pasa lo que pasa después...
Recordar quiénes fuimos y quién queremos ser.