
Óyeme fundir futuro en tus encías,
renacuaja,
túmbate a la sombra de mi pánico
a cruzar la carretera
sin nadie que me espere al otro lado.
Sin nadie que sonría
aunque las flores maten al fotógrafo
con su olor a platos sucios.
Sin nadie que elimine
la posibilidad de morir
inadvertidamente,
inútilmente,
como cruje un tablón en el pasillo.
Acaríciame
con la luz brillante
que hunde tus pestañas
y te resguarda
interrumpida
donde nunca llega hoy
a ser mañana
cuando se pone el sol sobre las tejas
y quema las bisagras de los días
sin que quepa ni un rayo entre nosotros.
[H&C]
Tal vez te arañe el corazón... no hay más motivo ni razón que me acordé de ti.