
Hay un taxi parado en esos ojos
del barrio céntrico de Nunca Jamás.
Los carteles van acercando
destinos
al estómago,
las flechas inagotables
en dirección contraria
desaparecen
cuando señalan
el sol de mi ciudad
y el olor
a neumático triste,
temblando en los arcenes,
inunda la llegada por llegar.
El conductor se aferra
a su cinturón de inseguridad
con una lágrima de hilo.
No se acerca.
No piensa
en el cuentakilómetros de la eternidad.
El quitamiedos blindado del futuro.
Tus ojos de autopista clavados en el césped.
¡Mis deseos peatones saltándose un radar!
Amanecer sin tiempo
de coger el autobús para olvidar
los desembarcos desgraciados:
el maletero introvertido
(un envío urgente sin importancia),
un extraño en el asiento de atrás.
Y los mojones…
¡Tan pasados de moda!
La infancia.
La verdad.
Hay un taxi
recorriendo
las vísceras del tiempo
hacia este instante
que tan deprisa acaba
de pasar.
[H&C]
Di, ¿Por qué desesperada?...
http://www.musicalizando.com/catalogo/index_catalogo/poema.php?CatalogoII=761&id_cancion=811
Ni en qué andén, ni en qué parada.
Mi cantar vuelve a plañir:
"aguda espina dorada..."