sábado, 5 de septiembre de 2009

El tiempo, mis abrazos, tus braguitas, el tabaco, el miedo y los inviernos...


Poco a poco
el mundo va aprendiendo
a amanecer con nuestras manchas
en el monte.
Poco a poco
el horizonte de enebros y retama
se encarama
a nuestros ojos
como un audaz escalador
a sus cerros de cascada.

No falta nada
al espectador sumiso
en otra tarde
que baraja el calendario
con impertérrita elegancia.
Soria abajo,
arriba los colores
solícitos del alba,
como el primer boceto de la felicidad,
el esbozo de la sonrisa que esconden los peñascos.

Aquí se pierde el tiempo
en otra parte,
la luna es el riel de tus pestañas
al otoño
y giran sin volar las hojas secas.

Por dentro nos recorren
cientos de pinedas escondidas
y atrás quedan los cuerpos,
que son basta materia,
cuando cruzas el umbral
de la corriente,
el eco espectral,
el tono exacto
que desliza
sus dedos de cristal
como una vena inmaculada
por su vientre de cándidas esporas,
el manso confluir del manantial
en los recuerdos,
el sonido
que no halla al piso
piedras que lo estanquen.

El río suena a nuevo
desde hace siglos,
la lluvia no hace falta,
los cristales amurallan el sigilo
y en mi fuerte
a mí
me apetece tanto abrazarte
que no sé si escribirlo…
Pero me miro
y naces bajo el agua
y alrededor alumbran los linderos,
encumbrando heridas
y batallas invisibles,
dolores que fueron y duraron
pero que ya,
como esos olmos
que encendía el viejo Antonio,
solamente viven,
eso sí,
para siempre,
en la poesía.

Suspiran los secretos.

Y cierro los párpados
dejando solamente
la hendidura que renueva
tu reflejo.

Poco a poco,
el monte
se encomienda a la luna apresurada
y las laderas
se opacan como familia enemistada.
Y así,
bajo los velos oscuros
de Garray entumecida
me invade la solemne
picadura del delirio,
la tranquilidad
pacífica e intensa
de saber
que en esta tierra
de tantos algodones y betunes,
de tantos cirios y vasijas,
corzos y perdices,
láminas y bloques;
de tantos álamos y olmos,
no queda ya
absolutamente nada
que yo pueda ser,
nada de nada.

[H&C]


Ariscos pedregales, calvas sierras ^^



El Duero limpio?? Pero eso existe?? Es posible ver tal cosa??!

Estos poetas siempre inventando...





Nadie a acompañarte baja.

4 comentarios:

Dromo dijo...

tengo precacion con tus letras
simplemente no me quiero enamorar

saludos amigo
un gusto leerte de nuevo
que tengas un exelente fin
de semana

:)

Punto cuadrado dijo...

"y en mi fuerte
a mí
me apetece tanto abrazarte
que no sé si escribirlo…"

;)

Dromo se pierde mucho al no enamorarse de lo que escribes. Te lo digo yo^^


(Sólo un fin de semana... no tardes más)

Cuídate

Deprisa dijo...

"y atrás quedan los cuerpos,
que son basta materia,"

Me ha encantado, creo que te enamoras de estas letras quieras o no.

Harold Diaz dijo...

Precioso, precioso, gran poema!!

Saludos!