sábado, 19 de julio de 2014

DDHH



La incertidumbre
es un hacha afilada
con promesas.
El somnífero mortal
del capital y la grandeza.
Un plan maléfico
de los que la sostienen
(ni siquiera firmemente)
afirmando 
que su infierno
legitima el genocidio
de otras cabezas.
Esta vez más humildes
más matables,
más morenas.
 
 
(S)


#FreePalestine.


4 comentarios:

Celedonio Nuñez dijo...

Para mi precioso

Celedonio Nuñez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
FJavier dijo...

“Hay una indignación casi sangrienta, una infamia que sobrepasa cualquier palabra, como el insoportable dolor mismo. ¡Ay! Para los que vemos con la cercanía de la solidaridad más despierta, para los que sentimos con la intensidad más viva, para los que lloramos con la tristeza más desgarradora. El terror fraternal se cuela en nuestras noches y el insomnio de la impotencia ante el miedo y la cobardía nos llena de un desasosiego casi infernal. Tomar conciencia es casi morir, consuelo imposible para aquellos que aún sin tiempo para comprender sucumben al terror oscuro de la muerte inminente que a veces llega. Y aún quieren estos cobardes alimentarnos de incertidumbres para sostener la mano sangrienta del verdugo y así poder justificar su falta de conciencia.”

No, no somos todos iguales.

FJavier dijo...

“Hay una indignación casi sangrienta, una infamia que sobrepasa cualquier palabra, como el insoportable dolor mismo. ¡Ay! Para los que vemos con la cercanía de la solidaridad más despierta, para los que sentimos con la intensidad más viva, para los que lloramos con la tristeza más desgarradora. El terror fraternal se cuela en nuestras noches y el insomnio de la impotencia ante el miedo y la cobardía nos llena de un desasosiego casi infernal. Tomar conciencia es casi morir, consuelo imposible para aquellos que aún sin tiempo para comprender sucumben al terror oscuro de la muerte inminente que a veces llega. Y aún quieren estos cobardes alimentarnos de incertidumbres para sostener la mano sangrienta del verdugo y así poder justificar su falta de conciencia.”

No, no somos todos iguales.