jueves, 28 de marzo de 2013

Escribo cuando el corazón se atranca.



I

Se acerca el buen tiempo.
Los verdes y rojos
comienzan a ser deseables.
¿Qué es una fotografía
sin su historia?
¿Qué es un cuerpo
sin otro cuerpo?

II

Aventuras.
Ese es mi deseo.
Quiero ver al miedo
explotar y abrir sus fauces.
Quiero fotografiar ese momento.

III

La peor luz de todas
es la de los soldados
que mueren codo con codo,
sombra con sombra,
casi callados.

IV

Rumor de balas.
Flashes y fuego.
Nada luego.
Nada.

V

Quedó partido
el humo negro
en un corte
interminable.
Allí,
en el cielo de nadie
estábamos nosotros
mirando las ruinas
iluminadas por el sol
del atardecer,
ausentes,
sin horizonte
al que culpar
de nuestro ensimismamiento.
Tratábamos de no oler la sangre
apelmazada en las trincheras.
Nadie hizo ademán
de coger la cámara.


VI

Volvamos a casa
y que mañana nos
llamen cobardes
si se atreven.
Criticarán las fotos
borrosas,
las de la cámara
temblorosa,
las de los sobresaltos
en la inquietud de la
noche.

VII

Se rompieron
en el tiempo
las promesas.
Algunas cartas
ardieron.
Hubo fotos
que no llegaron
a tomarse.
Nadie
saboreará
esos adioses
ni esos te quieros.
Excepto yo.
En las intrincadas
fauces del miedo
se escribieron
esas líneas,
esos versos.
Míos ahora.
Mi secreto
inconfesable.
Puro arte
alrededor de un
pequeño pensamiento:
“Quizá mañana
de mi,
sólo quede esto.”

(S)


martes, 12 de marzo de 2013

Nunca llueve eternamente...


EN LO CONSTANTE

Todo decae afuera
como lluvia podrida que ciega
descargara contra la  amputación de las estatuas

T.S.S.

La ciudad encapuchada sigue andando

las pisadas salpican,

a mi alrededor no hay gente que no corra.

Amanece un denso gris en los cristales,
las macetas tiemblan en sus riscos
y pasear es más incómodo
y más agradecido

por el filo de las acacias ruedan nubes
y yo tengo las manos en los bolsos
donde no pueda llegar el frío.

Por la mañana han tosido los carteros,
sobre rayas resbaladizas
derrapa la paciencia

la sangre se estenosa entre mis dedos
no puedo tocar a nadie.

Hoy es un día de esos
en los que tiene justificación echar de menos,
porque los dedos tiemblan
y los abrazos no importunan,
se constipan las cabezas por un tiempo
y todo el mundo acaba
tan frágil y agotado
de escapar.

No distingo tu abrigo
en las paradas de autobús
ni en los semáforos,
goterones que ciegan mis pestañas
me van dejando solo.

Hoy quiero ver si el sol
sigue saliendo en tu terraza,
cuando chocan las copas de los árboles
y estos trozos de cielo claudicados
resbalan por los retrovisores de los coches

el pasado acecha en cada esquina
y el futuro pende en los aleros
y cae como una micra de ártico en el alma
que gelifica el pelo y las ideas
de que los pasos llevan algún sitio.

Los toldos improvisan barricadas
y el gris es una carpa
gigantesca,
recuerdo que tú estabas
con el flequillo mojado ante mis cejas
sonriendo
y quiero ser tu escudo
y llevarte a flotar sobre los bancos
y escuchar en la otra orilla de la calle
juntos
cómo crepitan los tejados.

Voy cada vez más despacio y ya
no veo
mis zapatillas suenan a ventosa
y las perneras sumen mis tobillos
en medio del raudal que hacen las prisas

los perros se sacuden en los felpudos
y los columpios se hacen peligrosos
y las madres cogen de la mano
y las chicas extienden sus bufandas

todo el mundo está alerta,
todo el mundo.

Y yo estoy quieto
porque nunca seremos impermeables
y el deseo es una balsa en uno mismo
y quisiera ya que naufragase
en un día como hoy,
lleno de proyectiles

En el que los amigos que se cruzan
no conversan
y se dan la vuelta los paraguas
y las capuchas no dejan ver bien
y nadie regresa a por nada.

Quiero llegar a casa

Llego a casa

Domesticar la tempestad con una ducha,
decirme que estos días suceden y se pasan,
sentarme en el sofá,
secarme el pelo.

Cierro las ventanas,
escurro los calcetines,
pongo la calefacción todo
lo que puedo.

Y esas malditas gotas,
y esa ciudad que afuera muere ahogada
y esa forma que tienes de secarte
sin que nadie te vea,
en el bidé;
van pasando de largo en las cornisas,
se arremolinan,
vuelven a estar juntas,
desembocan en una ciudad encapuchada,
en un río,
en el mar,
en otra parte,
corretean
como la sed asciende en la garganta,
como colonizan las lágrimas un pómulo

como las letras de un poema
sobre el que el agua ha caído
mucho tiempo.

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"Muy pocos tienen el valor de ir montados sobre su propia alma."


Es duro tener que hacerse a la idea... de que quizá estos sean... nuestros mejores días...

domingo, 20 de enero de 2013

...es el alma del que consiguió..




Sutil sinsentido.
Explosión súbita de azares.
Una impresión. Un instante.
Belleza efímera de lo vivo.


(S)

jueves, 10 de enero de 2013

Que la nada fue el fin de cada etapa...




JARRA DE CERVEZA CON DOS VASOS


[Yes, they’re sharing a drink they call “loneliness”…
but it’s better than drinking alone.]

Billy Joel


La puerta del bar siempre se abrió hacia adentro,
pero no soy capaz de recordarlo
nunca, cuando estas noches queman
en el tiempo como el pomo en
mis manos heladas.

Como tus manos heladas en mis manos calientes.


Dejamos nuestro abrigo
sobre abrigos de otro,
tal vez una percha,
miramos alrededor como asaltantes

nos preguntan y pido una jarra para dos

quizá debí saber si tú querías


medio paso,
te quitas la bufanda
rodeas mi muñeca con tu brazo
me comentas que tienes que ir al baño
con un tímido gesto y ya
no estás.





Todo tiene la forma adecuada
de romperse.

El silencio y los vasos que ruedan hasta el borde
se rellenan mutuamente
en la luz ambigua del bar.

Allí me siento.
Este rincón de bar es un rincón de mundo,
los corazones insolventes de un sábado
patrullan el mostrador de las bebidas
con la angustia de un militar
que espera un salvoconducto,
se esfuerzan por reírse de sí mismos,
aporrean la gramola de sus preocupaciones,
deshuesan una danza,
se parecen.

Hay un rígido amor en el ambiente.

Nuestro futuro
que el camarero me entrega
con una sonrisa profesional y cómplice.


Te serviré primero a ti
no cabe duda

mis manos temblarán en torno al asa
como una rendición se balancea en los deseos,
la volcaré ,
la humedad fresca se deslizará hasta el canto,
se trasvasará partida entre nosotros,
chisporroterá en el aire de los vasos
con una efervescencia momentánea,
murmurará vaciándose a sí misma
y en el sosiego de su rebaja
surgirá un licor
homólogo de ambos
del que los dos podamos
beber durante un tiempo.

Un médano de espuma quedará en tus labios.

Hay ruido de personas que no se han encontrado,
juego con posavasos de plástico doblados;
en la mesa hay muescas de uñas,
indescifrables nombres de payasos,
veo la silla enfrente,
a ras de vacío.

Son sólo los instantes que vive un pensamiento.

La puerta del baño se abre y te veo avanzar hacia mí.


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… los ojos que acertaron a cruzarse en la infinita soledad del tiempo…






lunes, 31 de diciembre de 2012

Abuelos I

En sus viejos cuerpos ya gastados
moran las almas de los viejos.
Cuánta lástima inspiran 
y qué monótona la vida miserable que arrastran.
Mas cómo tiemblan ante la idea de perderla
y cómo idolatran a esas contradictorias y confusas
almas, que se sostienen -tragicómicas-
bajo su vieja y gastada piel.
K. Kavafis


Recorre las orillas del Duero
un denso sabor a invierno.
La intensa bruma de la mañana
empapa la tierra yerma.

El sol sangra sobre mil cadáveres
mientras se arrastran por Santa Clara.
Agotan sus latidos en el parque
dando de comer a las palomas.
Se sientan en la estación
a ver pasar los buses
e imaginarse recorriendo el mundo
como siempre quisieron.

¿Qué hacen?
Estorban al titubeante paso del progreso.
Imponen su moral antigua.
Ejercen su viejo voto.
Se quedan dormidos con
la teletienda de Intereconomía.

¿Qué son más que un lastre?
Amasijos de recuerdos e
historias mal inventadas.
Inmaculados incultos
rezando sus rosarios.
Ocultos en sus iglesias
por no tener cojones de
enfrentarse a sus pecados.

Suelen suplicar a sus hijos con los ojos
que les devuelvan sus cuidados
y no les aíslen de este mundo
que ya va tiempo
dejó de ser suyo.

(S)

viernes, 9 de noviembre de 2012

Fui yo, fueron ellos.





Epílogo del hambre, quién te acoge,
qué dolor te anida en cada entraña;
el resplandor quemado de la hazaña
sin un libro volcado que la arroje.

No llorarás lágrima que moje,
te enredarás maldito en tu cizaña,
como una piedra al pie de la montaña
antes de que el invierno desaloje.

Tú mismo eres, tú, tu despedida;
tu tímida amenaza desoída,
prostitución salvaje del silencio.

No hay cúpula del ser que en ti se yerga,
tu sombra es un terror que te posterga,
ceniza en que ya no te diferencio.

 [H&C]

No dejo de pensar que aquí...

http://www.youtube.com/watch?v=8c0ehSZP9Ws

viernes, 26 de octubre de 2012

Perdón por la tardanza..



Silba el viento.

¿Y a quién le importa
mientras no se lleve 
nuestro tiempo 
ni rompa
la jaula de cristal 
que nos ampara?

Somos arena muda.
Tierra troceada
durante siglos.
Hundida en la
ingravidez del polvo.

Estamos en guerra.

Los buitres nos acechan
somnolientos porque 
va a empezar la noche.

Mordemos la garganta
del monstruo traslúcido
que ni se inmuta.

Sus ojos invisibles
nos atrapan
mientras surge
de un oscuro rincón
la espiral del miedo.

Silba el viento.
La luna ya remienda el cielo.

Nos importa.
Aunque sigamos llorando a los nuestros.
Aunque temamos ser ellos antes de mañana.

Algunos se suicidan
de pena.
Se rasgan la camisa, 
se cansan de luchar,
se lanzan 
a las fauces de lo incierto.

Son arena de mi arena.
Tenían cuerpo antes
cuando eran futuro..
quizás ahora es tarde
y no podría reconocer
sus rostros en el desierto

Desfallezco.
Me resbalo por el desfiladero.
Trato de asirme al cristal liso.
Desesperado noto 
como se forma poco a poco
el abominable ojo del huracán
tragándose a todos los que me sostienen.

Cuando muero
el gallo canta
y resurge el día
con una mano salvadora
que le da la vuelta al mundo
convirtiéndome, 
ni por un segundo,
en absoluto presente.

(S)

A los que nunca se han ido pero decidieron no volver.