lunes, 15 de septiembre de 2008

Mi mejor sentimiento... lugareño del contenedor...


Ciudad sin rostro,
estepa de veladas fantasías,
fuente de imperecedera verdad,
telaraña de roca y lapislázuli
perdido abrazo del mar.
Ciudad sin rostro,
beso tus jardines,
soy peatón absorto de tus calles,
tus templos de caricias escondidas
tus raíces de niebla en los estanques.
Témpano de luces de bohemia,
elixir maléfico en la sangre,
en tu vientre anidan las escamas
de páginas rasgadas por el tiempo
como luminosos matorrales
tras tus puertas silenciosas.
Ciudad sin rostro,
tus acequias silban
el lento desfilar de la debacle,
el caparazón helado de los coches
asciende la espiral de tu desidia,
la oscilación tenaz de tus relojes,
tu maltrecho uniforme de tesoro.
Tu quietud
enharinada sólo con la lírica,
cimiento de estampidas en la noche.
Relámpago es tu entraña,
tu puerto embotellado en caracolas,
la austeridad del invierno entre tus sábanas.
Ciudad sin rostro,
intensa maravilla de azabache,
vergel de ascuas,
runa del encanto.
Ciudad sin rostro,
tus bibliotecas, tus teatros...
corazones clausurados por los años…
tus odres se estremecen,
las frondas hacen túnel de tus ramas…
y la percepción huidiza de tu esfera,
tu laberinto de miedos sucumbe
el roce de los labios de tus damas.
Ciudad sin rostro, acaricio
la somnolencia gris de tu pasado.
Paladeo tus aceras,
esquejes del edén alquitranados,
agonizo en tu féretro de sombras,
consumo tus efluvios de belleza.
Ciudad sin rostro,
absorbes cicatrices,
tus bodegas se humedecen de futuro,
todo en ti es humilde y verdadero.
Ciudad sin rostro, te amo
como a la mujer que ocultas
como anillo entre tus pliegos.

[H&C]

Me pediste que improvise… y revise, que no soy Joaquín…

Los veranos son… tan grises…
los otoños, solos de violín.

Que nos salga el sol por Algeciras y la medialuna por Bagdad y mis sueños sean mentira… de verdad…











¿A qué fila habrá ido a parar ahora la rubia?

Hoy me quedo en casa, lo de fuera no me interesa.
Me saldré a dar una vuelta otro día que no llueva.

Cuántas flores para un ramo, cuántos versos para un poema…

Inventaré palabras nuevas
para hablar con tus silencios.

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